A grandes rasgos, la guía de estilo o manual de identidad corporativa de una marca son una especie de biblias para las empresas en las que se dejan por sentados los aspectos fundamentales que conformarán su identidad. Nada más y nada menos que todo lo que tiene que ver con las normas de diseño y de comunicación que darán entidad a la marca. Dicho de otro modo: el manual de identidad gráfica que marcará todo el diseño posterior, entre otras cuestiones.
Es sorprendente que muchos no conozcan la existencia o la necesidad de las guías de estilo o que esta guía sea esencial en importantes marcas que todos conocemos. Es más sorprendente, si cabe, que existan marcas que no hayan reparado en ella, cuando vivimos en una era en la que todos sabemos de la importancia de una imagen potente y atractiva. Aspectos fundamentales en un mundo abierto de par en par gracias a las redes sociales y a Internet.
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Guía de estilo o manual de identidad corporativa
¿Quién no se ha preguntado alguna vez por qué unas marcas resultan más atractivas que otras simplemente echando un vistazo en cualquiera de sus redes sociales? La respuesta a esta pregunta se llama contundencia. La imagen corporativa de una marca debe ser contundente y consistente. El impacto visual primero es el que dará identidad a la marca. Es decir, cuando uno ve simplemente un logotipo o una letra ya identifica de qué marca se trata.
Los colores, la tipografía, el estilo o el tamaño de la letra es lo que identifica a una imagen. Por esto, estos aspectos han de ser definidos por las marcas para conseguir ese impacto y esa consistencia, indispensables para la identidad visual perfecta.
Parece algo baladí, pero es una de las cuestiones que más importan en la proyección de una marca en el mercado global. Que te identifiquen en cuanto vean la letra que se emplea en tu web, en los logos o en los comunicados de prensa. Algo que te hace diferente, algo que te da identidad propia y originalidad en la era del nacimiento de las marcas por excelencia, donde la competitividad es absoluta. ¿Qué decisiones hay que tomar para definir una guía de estilo propia?
Manual de identidad corporativa
Para elaborar ese manual o guía tan necesario para la colocación de una marca en el mundo global de Internet, tendremos que decidirnos por todos estos aspectos:
– La tipografía.
– Los colores dentro de las paletas de color para el diseño.
– Las imágenes que se utilizan en la web o en cualquiera de las redes sociales, que deben tener un hilo argumental y un aspecto único y uniforme. Por ejemplo, los filtros en este caso juegan un papel fundamental. Las imágenes deben impactar por su identidad, de manera que cuando una persona vea una imagen pueda relacionarla de inmediato con una empresa. Este es un valor de suma importancia por el impacto visual que supone.
– La voz. Es la manera en la que se define el estilo de comunicación y transmisión de la propia empresa. Seriedad, dinamismo, tono desenfadado, profesional, etc.
– El espaciado. Es fundamental especialmente de cara al diseño. Los espacios entre las imágenes, los botones, los márgenes, etc.
Las formas, el logotipo, la colocación de las imágenes o el tamaño de las mismas son otras cuestiones que deben ser concretadas en la guía que dará a la marca la imagen corporativa que se ha decidido.
La finalidad de la guía de estilo
La guía de estilo marcará las pautas que necesiten todos los que vayan a trabajar algún aspecto de esta marca que tenga que ver con su imagen exterior, ya sea en su web o en las redes sociales. Crucial para trabajadores, proveedores, para propios y para extraños.
La guía de estilo sentará las bases para todos los que trabajen en esta marca, sin que haya necesidad de corregir sobre la marcha. Será el mapamundi para el dueño, los trabajadores y los proveedores. Un mapa en el que los trayectos estarán definidos a la perfección y en los que no se dejará margen al error.
La filosofía de la marca, tal vez el aspecto más complicado de plasmar
Si nos paramos a pensar en grandes marcas que todos conocemos, se nos vendrá a la mente su shopping bag, las cajas de presentación o un logotipo. Marcas que han sabido detallar sus guías de estilo de una manera audaz y efectiva, creando una identidad visual increíble con el efecto que eso supone en los consumidores finales.
Aunque parezca increíble, definir colores y espaciados o, incluso, decidirse por un logotipo es una cuestión relativamente sencilla comparada con la filosofía. Será este concepto el que contenga el alma de una marca más allá de sus colores. Un alma que hay que saber definir a través de todos esos aspectos de los que hemos hablado.
Volvamos a pensar en esas mismas marcas que de manera inmediata se nos han venido a la cabeza. Dejemos a un lado las bolsas o la paquetería. Dejemos a un lado sus logos. Pensemos por un momento en qué nos dicen las marcas. ¿Cuál es el mensaje? Moda asequible para todas, dinamismo, vanguardia, modernidad en telefonía o funcionalidad, sencillez y diseño a buen precio en el caso de una marca de mobiliario y decoración.
¿Hemos coincidido, verdad? Pues no se trata de magia. Se trata de que estas empresas han sabido plasmar su filosofía en su propia imagen. Dicho esto, y si una marca necesita una guía de estilo, hay que empezar por plantear cuál es el mensaje de la misma. Cuál es el alma de la marca en la que se pretende que piensen los clientes o usuarios en cuanto la identifiquen.
Manual de identidad gráfica
Las guías de estilo, pese a todo, no tienen por qué ser documentos extensos o farragosos, todo lo contrario. Las ideas claras y concisas no necesitan de palabras vacías para ser bien definidas en un manual de identidad gráfica o en la guía de estilo. Contundencia y consistencia son las dos palabras que deben ir ocultas tras las líneas que se incluyan en ese manual. Será el resultado plasmado en un documento de quién o qué quieres que sea tu marca en este caso y, en definitiva, tu identidad para cada uno de los canales o medios que quieras emplear.
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